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Viernes, 19 de Junio del 2009
EL HAMBRE ALCANZA LA CIFRA RÉCORD DE 1.020 MILLONES DE PERSONAS AFECTADAS

La crisis económica lleva a que uno de cada seis ciudadanos del planeta no tenga qué comer en su vida diaria.

El mundo tendrá a fin de año 100 millones más de hambrientos. Más que una cifra es la constatación de un fracaso que hará prácticamente inviable el objetivo de la Cumbre Mundial de la Alimentación de reducir a la mitad hacia el 2015 el número de personas subnutridas en el mundo.
La tendencia apunta exactamente hacia el extremo contrario: cada vez hay más gente que pasa hambre. Cuando el año llegue a su fin, la suma de famélicos alcanzará los 1.020 millones de ciudadanos del planeta, un récord histórico que nunca antes se había alcanzado. Y la fatídica barrera de los mil millones quedará ampliamente superada.
Son cifras presentadas ayer por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que también ha subrayado que detrás de cada número se esconde un ser humano. En concreto, una de cada seis personas del mundo no tiene prácticamente nada que llevarse a la boca en su vida diaria.
Pero el reciente incremento del hambre, como ha sucedido en otras ocasiones, no es consecuencia de las malas cosechas, sino que es el reverso oscuro y palpable de la crisis. De este modo, según la FAO, se ha reducido el acceso de los pobres a los alimentos. «Una mezcla explosiva de desaceleración económica mundial y precios de los alimentos que se empeñan en permanecer altos, ha empujado a unos 100 millones de personas más al hambre y la pobreza», aseguró en la presentación del informe el director general de la FAO, Jacques Diouf. «Esta crisis silenciosa del hambre - añadió- supone un serio riesgo para la paz y la seguridad mundiales. Necesitamos crear con urgencia un amplio consenso para la erradicación rápida y completa del hambre en el mundo».
A consecuencia de la crisis se han reducido los ingresos y las posibilidades de empleo de los pobres y ha disminuido considerablemente su acceso a los alimentos. «El sistema mundial es frágil. La situación requiere de un nuevo orden alimentario mundial», advirtió Diouf.
«La lucha contra el hambre debe ser una prioridad de la agenda internacional, porque un mundo con hambre es un mundo peligroso», advirtió por su parte Josette Sheeran, directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos.
De hecho, el número de personas desnutridas no es el resultado de limitaciones en los suministros internacionales de alimentos. Los datos indican que la producción mundial de alimentos será elevada este año, aunque ligeramente inferior a la producción récord del pasado año.
«Al disponer de menos ingresos, los pobres tienen menos posibilidades de comprar alimentos, especialmente donde los precios de los mercados internos son todavía persistentemente elevados», constata el informe de la FAO. Este malévolo cóctel de precios de los alimentos y de reducción de los ingresos de las poblaciones más vulnerables a causa de la crisis es lo que ha disparado, precisamente, las cifras de la hambruna mundial. Pero si este año la alarma suena con fuerza, la lucecita roja ya se encendió a mediados de la década de los noventa. El número de subnutridos entre 1995 y el 2006 aumentó en todas las regiones del mundo, excepto en Latinoamérica y el Caribe.

Información Extraída de:
http://www.lavozdegalicia.es/sociedad/2009/06/20/0003_7796611.htm

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