"Vosotros sois mis amigos y la prueba más grande de Amor que alguien puede hacer por sus amigos es dar la Vida por ellos. Juan 15:13"
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TESTIMONIO N° 2 - MEXICO - Campaña en Cuernavaca, Morelos
“UNA GUARNICIÓN DE ÁNGELES GUARDIANES”
Por el Pastor Hugo R. Gambetta
Hacía más de dos años que los hermanos de Puente de Ixla, nos estaban invitando a celebrar una campaña evangelística en Morelos. La última vez que tuvimos el privilegio de predicar el Mensaje de los Tres Ángeles en Cuernavaca, fue en el año 1998. En esa oportunidad, como muchos de ustedes recordarán, dirigentes de la Iglesia pusieron una querella en gobernación contra este servidor, tratando de impedir que se tuviera la campaña Evangelística. Nos tocó presentarnos ante las oficinas de secretaría de estado. Dios utilizó a un Pastor Pentecostal, el hermano Lázaro y al jefe de la cámara de diputados (un católico), para defender su causa y concederme quedar en libertad de continuar con la predicación sin mayor obstáculo. (A propósito, el hermano Lázaro estuvo con nosotros esta vez también, siempre firme en los caminos del Señor).
Esta vez, se hicieron planes para celebrar la campaña en un auditorio de la Iglesia Pentecostal en Acatlipa, a un lado de Cuernavaca, Iglesia que atiende el Pastor Saúl Arillo; auditorio con capacidad para más de mil personas. Unos días antes del inicio de la campaña, los dirigentes de la Organización Adventista se reunieron con el Pastor Arillo para tratar de impedir que se realizaran las reuniones. Le dieron informes muy negativos insinuando que si el Pastor nos prestaba el auditorio se metería en graves problemas con gobernación. El Pastor Pentecostal se desanimó y no invitó a su Iglesia a asistir, pero por respeto al contrato que la hermana Adelina García había hecho con él, y por su sentido de justicia, decidió cedernos el uso del auditorio.
Debido a las amenazas de los dirigentes los hermanos Adventistas, estaban preocupados por la seguridad del Predicador y las reuniones. Se les animó a no temer y seguir adelante con todos los planes. De más está decir que el auditorio se llenó cada noche a capacidad y cientos de almas aceptaron al Señor y su último mensaje de misericordia. La campaña se celebró del 23 al 27 de Noviembre de 2005.
Entre las personas que asistieron la primera noche se hallaban miembros de la familia Millán, que viajaron desde el estado de Guerrero para escuchar los temas. Toda esta familia es muy católica. En el pueblo de Buenavista, Guerrero, no hay Iglesias de ningún otro credo, sólo la Iglesia Popular. Esta familia fue invitada por Pedro Millán, un familiar que aceptó el Mensaje Adventista en Chicago, a través del ministerio “El Evangelio Eterno”, y es miembro de la Iglesia de Chicago Heights, en Illinois. Él llamó a su familia por teléfono y los instó a asistir.

Al regresar a Chicago, el Pastor Gambetta preguntó a Pedro cómo le habían gustado las reuniones a su familia. - “Algunos las recibieron muy bien, pero otros, por ser católicos acérrimos, sintieron que el Mensaje era bastante fuerte”, contestó Pedro; a lo que añadió: “Mi hermano César, que asistió a las reuniones, regresó impresionado y también perplejo. ¿Por qué tenía el Pastor Gambetta tantos guardias de seguridad que lo acompañaban dondequiera que él iba?”

- ¿Qué guardias?, le pregunta el pastor Gambetta. “Muchos guardias de seguridad uniformados.”
Le expliqué que no había ningún guardia de seguridad, a lo que me contestó: “mi familia los vio.”
- “Serían ángeles”, le dije, “pues no teníamos ningún guardia con nosotros.”
Decidimos llamar y hablar directamente con César, el hermano de Pedro, a Guerrero. Pedro lo consiguió al día siguiente y pudimos platicar. Nuevamente la pregunta surgió:
- “¿Por qué andaba usted con tantos guardias de seguridad?”
César me explicó que al regresar a su hogar después de la reunión iban comentando en el carro del despliegue de seguridad.
- “Había guardias en torno suyo desde que bajó del carro, lo rodeaban continuamente y no permitían que nadie se le acercase. Dentro del auditorio había guardias por todas partes: a la entrada, en los pasillos, en las paredes de los costados y el fondo, apostados a cada ciertos espacios. Hasta había guardias uniformados en la plataforma, cuando usted predicaba. Cuando usted se movía a un lado, ellos se movían con usted, y cuando usted se movía al otro lado de la plataforma, allí se movían ellos también.”

César estaba convencido que eran guardias de seguridad que habían sido contratados para ello. Pedro le preguntó a su hermano César: - “¿No serían los diáconos que estaban uniformados?”, a lo que César replicó: “Yo sé quiénes eran los diáconos, todos con corbata, que pasaban las Biblias, pero estos eran “guardias de seguridad con sus uniformes”.
Traté de explicar a César que no teníamos ningún guardia de seguridad en las reuniones, y él me dijo: “Oiga, ¿por qué lo niega? Si todos los vimos.” Le dije que lo que él había visto eran ángeles de Dios, no guardias de seguridad, y que posiblemente las demás personas pre-sentes no los habían visto, sino lo hubieran mencionado.
Y entonces César me dijo: “Si eran ángeles, como usted dice, entonces ¿por qué estaban todos uniformados de guardias?” Le expliqué que cuando el Ángel del Señor se apareció a Josué (Josué 5:13-15) iba vestido como soldado con espada desenvainada, tanto que Josué le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? Lo llevé a 2da de Reyes 6, la historia de Eliseo y los ejércitos sirios, y cómo el Señor abrió los ojos del siervo de Eliseo para que pudiese ver los ejércitos celestiales que rodeaban a Eliseo como soldados de a caballo con carros de fuego.
César se quedó un largo rato silencioso. Le dije: “Dios te ha dado un privilegio muy grande, de ver a sus santos ángeles como una guarnición (compañía) de guardias. Por eso se les llama ángeles guardianes.” Me dijo: “Estaban en todas partes, hasta en la calle apostados, en el estacionamiento y dondequiera. Por eso no nos acercamos a saludarlo.”

-“Dios te ha escogido para que conozcas su verdad, por eso te ha dado ese privilegio”, le aseguré. No sólo él los vio, sino también otros miembros de su familia. Entre ellos estaban su hermana, y otra joven de la familia, llamada Maité.
Por cierto, Maité tiene otro tremendo testimonio que contar. Eso será en próxima carta. Vamos a filmar estos testimonios para que ustedes puedan escucharlos de sus propios labios y conocerlos por la filmación. Maité se levantó en plena misa e increpó al sacerdote sobre el engaño de la iglesia y la verdad de la Palabra de Dios. Pero eso para la próxima carta, porque aún el testimonio de “Guarniciones de Ángeles” no se acaba.
El viernes 9 de Diciembre de 2005 estaba relatando esta historia en la iglesia de “El Evangelio Eterno”, en Huntington Park, California, cuando el hermano Armando Rubí tomó el micrófono y contó otra parte de este testimonio que valida lo arriba mencionado. La hermana Adelina desde Morelos habló con Armando para contarle que la habían citado a una reunión en la iglesia donde ella es miembro, para tratar su nombre y disciplinarla por haber sido una de las organizadoras del evento.

El hermano Rubí le pidió el nombre del pastor distrital y su número telefónico. Habló con él y le explicó que el ministerio de El Evangelio Eterno no era un ministerio disidente, sino de apoyo para la iglesia adventista. Que él mismo había acompañado al pastor Gambetta a Cuernavaca siendo anciano de iglesia en California, y que todos somos miembros de la iglesia. El pastor Josué le agradeció la llamada, diciendo que estaba orando porque sabía que la hermana Adelina es una misionera de muchos años en la iglesia, y él no quería cometer una injusticia. Le aseguró que no la borrarían de la iglesia. El hermano Rubí le pidió que él mismo apoyase el próximo evento, una gran campaña a realizarse en Cuernavaca en un estadio el próximo año.
Le dijo: “Pastor Josué, venga usted a bautizar las almas que se conviertan, ya que serán miembros de sus iglesias. Nosotros no estamos formando ninguna iglesia aparte.” El pastor le platicó que los dirigentes le habían informado que el pastor Gambetta venía a México a organizar iglesias disidentes. Al final de la conversación, el pastor Josué le dijo: “Dígale al pastor Gambetta que cuando venga no tiene que venir acompañado de tantos guardias.” El hermano Rubí pensó que había escuchado la historia, pero el pastor pasó a explicarle que él mismo había enviado a varios “espías”, ancianos de la iglesia a observar y traerle un informe. Ellos fueron los que le contaron de los “guaruras”, que había mucha vigilancia y muchos guardias. El pastor informó a los dirigentes de la Asociación y le recomendaron que no fuese, ya que había tantos guardias.

No solamente César y su familia católica de Guerrero vieron la guarnición de ángeles, también los ancianos enviados por el pastor Josué los vieron. El hermano Rubí le aseguró que no había ningún guardia de seguridad uniformado contratado por nosotros, sino que serían ángeles del Señor. Dios tuvo a bien confirmar este testimonio por otra fuente independiente. ¡Bendito sea el nombre del Señor!
He aquí algunas promesas de la Palabra de Dios sobre el ministerio abnegado de los santos ángeles:

Salmo 34:7 “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende.”
Salmo 91:11 “Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos.”
Hebreos 1:14 “¿No son todos [los ángeles] espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?”
“En el período final de la historia de esta tierra, el Señor obrará poderosamente en favor de aquellos que se mantengan firmemente por lo recto. Los protegerán ángeles excelsos en fortaleza.” La Verdad Acerca de los Ángeles, p. 266.

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